Costa de Marfil

En la actualidad, este país de África Occidental es el primero del mundo en materia de fiscalidad. El tipo máximo del impuesto sobre la renta en Costa de Marfil alcanza el 60%. Esta presión fiscal extremadamente elevada es un elemento clave de la política gubernamental destinada a financiar importantes servicios públicos y proyectos de infraestructuras. En particular, el país invierte activamente en la modernización de su sistema energético, el desarrollo de su red de transportes y la mejora del nivel de vida de sus ciudadanos.

Finlandia

Este país escandinavo tiene el segundo tipo impositivo más alto del mundo. El tipo máximo del impuesto sobre la renta en Finlandia es del 56,95%. Esta elevada presión fiscal ayuda al Gobierno a mantener un amplio sistema de servicios sociales, como la sanidad y la educación gratuitas, que están consideradas entre las mejores del mundo. Además, Finlandia tiene un tipo estándar del impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 24%, que se elevará al 25,5% en 2024. El IVA es también una importante fuente de ingresos para el Estado.

Japón

Japón tiene uno de los tipos impositivos sobre la renta más altos del mundo, que alcanza el 55,97%. Esto ayuda al gobierno a financiar adecuadamente una amplia gama de servicios públicos, como la sanidad y la educación, que son prioritarios en la política social y económica del país. Además, Japón tiene un impuesto sobre el consumo, que es del 10% y se aplica a la mayoría de bienes y servicios. Este impuesto es una importante fuente de ingresos para el gobierno y contribuye a mantener una economía sostenible.

Dinamarca

Dinamarca tiene uno de los tipos impositivos sobre la renta más altos del mundo, que alcanza el 55,9%. Se aplica en el marco de un sistema fiscal progresivo. Esto significa que cuanto más gana una persona, mayor porcentaje de sus ingresos paga en impuestos. Además, Dinamarca tiene un impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 25%, que se aplica a la mayoría de bienes y servicios. El IVA es una importante fuente de ingresos para el Gobierno, ya que proporciona una financiación estable para sus programas y servicios.

Austria

En Austria, el tipo máximo del impuesto sobre la renta alcanza el 55%. Esta elevada presión fiscal garantiza la financiación estable del sólido sistema social del Estado, que incluye asistencia sanitaria, educación y otros programas sociales gratuitos. Además del impuesto sobre la renta, Austria recauda un impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 20%, que se aplica a la mayoría de bienes y servicios.